Vendedores de Felicidad
Cuando hablamos del servicio de Sala en un restaurante, siempre hemos de tener en cuenta que vamos a ser partícipes de un momento muy importante en la vida de ese cliente. Vamos a contribuir en dos aspectos muy importantes:
Por un lado participamos en su proceso de alimentación a través de la comida y por tanto en su salud y a la vez participamos también de la satisfacción que el comensal experimenta al compaginar el disfrute de saborear frente a una mesa, con la necesidad de alimentarse y si es junto a una buena compañía aún mejor. Todo el proceso acabará resultando una agradable experiencia gastronómica si hacemos que se desarrolle de forma adecuada
Desde el momento que el cliente nos llama al restaurante o cuando contemplamos una reserva a través del libro electrónico, lo ideal es pensar cómo piensa cualquier otro profesional enfocado en la satisfacción final del cliente al elaborar un presupuesto que le han solicitado o al registrar una reserva para ofrecer cualquier otro servicio. Estos momentos forman parte de la atención al cliente y han de estar regidos por el principal objetivo de la consecución de un cliente contento. Es fundamental llamarles o escribirles para confirmar que todo está preparado para que puedan disfrutar de una grata experiencia en el momento elegido, así como plantearles desde el inicio, nuestra predisposición para ayudarles a mejorar esa experiencia en la que formaremos parte activa.
«La Cocina es la que hace que te guste un restaurante y la Atención excelente es la que hace que vuelvas»
Por Carlos Torres Chef
Cuando como profesionales descubrimos lo importante que es la interacción y la aportación al cliente y que gracias a ello va a ser posible que el cliente disfrute de esos momentos felices frente a la mesa, es cuando descubrimos que realmente esta profesión apasiona y ya no querremos dejar de hacerlo por lo gratificante que resulta.
Lejos de la percepción de estatus que puede suponer trabajar en unas grandes oficinas con una u otra indumentaria que además se ven afectadas por las modas, el ser camarero, metre, sumiller o personal de sala en un restaurante, es ser vendedor de felicidad, y de disfrute y a la vez responsabilizarse de todo el proceso y poder disfrutar de la interacción con el cliente y de ese camino que recorrerán durante la experiencia.
Cuando tienes a una persona delante de ti y vas a participar en hacerle feliz durante momentos de su vida, es una bonita e importante misión y uno de los trabajos más gratificantes que se pueden tener (si no te está costando mucho trabajo hacerlo, es que vas por buen camino y seguramente lo estés haciendo bien).
Tal y como cuento en nuestro libro de valores, Tu Tesoro, mucha gente no entendía que yo con 30 años, en lo mejor de mi vida profesional, dejase mi trabajo en un banco (Caja Rural), habiendo trabajado en Marketing y Finanzas, para irme de camarero a un restaurante con mis hermanas. Pues bien, dando de comer comida de calidad y descubriendo que teníamos un producto extraordinario que ofrecer a los clientes, me enganchó a fondo y por eso tomé esa decisión. Quizás si que por el salario, por la comodidad de horario o por la opinión de mucha gente, hubiese decidido quedarme allí, y en ese caso, no me hubiese dado la oportunidad de ver cumplidos algunos de mis sueños.
«Hemos descubierto un nuevo Continente donde se encuentra Tu Tesoro. Aquí todos los jóvenes deciden tirar del carro y saben hacer las cosas bien, con responsabilidad y compromiso»
Tu Tesoro, Julio Ramirez Camino
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