VILLACAÑAS Y LOS SILOS

los silos de Villacañas

Los silos de Villacañas

La localidad manchega se conoce por sus silos, unas construcciones subterráneas de arquitectura popular realizadas en llanura donde las familias más humildes vivían hasta mediados del siglo XX.

Los silos de Villacañas son construcciones autóctonas y están excavados en terreno llano y no a desnivel, hecho que lo hace una vivienda única e insólita. A mediados del siglo XVIII, a consecuencia de la desamortización y roturación de nuevas tierras y la consiguiente necesidad de mano de obra, surge la figura del jornalero; el cual, por escasez de recursos económicos, se ve obligado a construir su propia vivienda. Para ahorrarse los materiales de construcción necesarios, la excava en el subsuelo necesitando únicamente pico, pala, cal, sudor e ilusiones.

Los silos eran viviendas

Dormitorio en uno de los silos de Villacañas

Dormitorio en uno de los silos de Villacañas

Este tipo de construcción era posible gracias a las condiciones del suelo calizo de la zona. La forma y los materiales de construcción proporcionan una temperatura agradable y constante en una zona de grandes variaciones estacionales de temperatura, con veranos sumamente cálidos y secos.

Tradicionalmente, el establecimiento del silo comenzaba cuando se formalizaban las relaciones de noviazgo, momento en que se compraba el «sitio», un solar de un celemín (medida local de superficie equivalente en Villacañas a 470 m²), donde se excavaba el silo. El silo daba alojo a toda la familia y servía para recoger a todos los animales domésticos de la unidad familiar en estancias específicas.

¿Cómo se construían?

Vista exterior de un silo de Villacañas

Vista exterior de un silo de Villacañas

La pareja de novios comenzaba la tarea de excavación por sus propios medios hasta abrir en el interior de la tierra el espacio necesario para los dormitorios, cocina-comedor, y los diversos espacios funcionales (cuadra, pajar, gallinero). La construcción carece de elementos estructurales de soporte aparte de los que proporciona el propio entorno (no hay tabiques, columnas o soportes). El silo, de techos abovedados crecía con el tiempo según las necesidades de la familia, siempre sobre el mismo plano.

El acceso a la vivienda está recubierto de cal para mitigar las temperaturas estivales. En el interior, paredes, techos y suelos aparecen recubiertos igualmente de cal. En las habitaciones interiores se abren ventanas verticales denominadas «lumbreras» que, además, sirven de ventilación a la casa.

¿Cuándo dejaron de usarse?

En 1950 había 1700 silos censados en el casco urbano de Villacañas. En la actualidad quedan accesibles poco más de una docena de silos.

Por sus características de construcción, los silos no permitían la traída del agua corriente, por lo que fueron siendo paulatinamente abandonados con la extensión de este servicio entre las poblaciones de la localidad. Por otro lado, los habitantes de los silos en algunos lugares quedaban más expuestos a los devastadores efectos de las riadas que ocasionalmente han afectado a la zona en los siglos XIX y XX.

Estas viviendas están declaradas como Bien de Interés Cultural, y puedes saber más sobre ellas en el Museo Etnográfico del Silo en Villacañas.

Para visitarlo, contactar con la guía en el teléfono 620 65 91 91

Horario:

Visitas: Todos los días (Lunes cerrado)

Mañanas de 11:30 a 14:00 h.

Tardes de 16:00 a 17:30 h. (Oct. a Abril)

Tardes de 17:00 a 18:30 h. (Mayo a Sep.)

Domingos y Festivos: de 11:30 a 14:00 h.

¿Dónde comer en Villacañas?

Precisamente en este pueblo de la Mancha toledana, se encuentra restaurante Abrasador El Capricho de los Torres, donde vas a poder disfrutar de una excelente cocina de brasa y vanguardia, donde los platos condimentados con pistacho son las estrella culinaria.

Restaurante Abrasador El Capricho de los Torres

Restaurante Abrasador El Capricho de los Torres