Hay lugares en las que los viajeros se pierden gracias a la belleza de la ciudad. Como si se tratase del Siglo de Oro, apogeo de la cultura española, Alcázar de San Juan es una representación a esta época dorada, pues el mismísimo Cervantes se inspiró en esta localidad manchega para escribir El Quijote. Abundancia y riqueza de patrimonio histórico son un gran reclamo para los turistas, además de su gastronomía como no podía faltar los Duelos y Quebrantos. La ruta por esta bonita ciudad al norte de Ciudad Real se puede completar a pie y comienza por el casco histórico.

En pleno corazón encontraremos la plaza Santa María, donde se sitúa el Conjunto palacial del Gran Prior y una estatua de bronce homenaje a Cervantes, vestido con la ropa característica de la época. En el interior del palacio alberga dos joyas arquitectónicas como son el Torreón de Don Juan José de Austria y la Capilla de Palacio, que actualmente sirve para ser el Centro de Recepción de Visitantes y punto de información para realizar la visita sin perderte ningún detalle ni lugar de interés alcazareño.

Tras la estatua del escritor Miguel de Cervantes podemos contemplar el Cubillo, edificio de forma circular y piedra de arenisca rojiza. La creencia radica en que era una torre de muralla ya que está cubierta por una bóveda de crucería.

Al salir de la plaza de Santa María se encuentra la Iglesia de Santa María la Mayor, la más antigua de Alcázar de San Juan. El exterior está compuesto de sillares de arenisca roja, ladrillos y zócalos en las esquinas y en las portadas. En el interior de este precioso edificio destacan la cruz latina y ter naves y, por supuesto, el pequeño museo y el camarín de la Virgen del Rosario, añadido en 1742, es de estilo barroco con evolución al rococó y está decorado con cerámica de Talavera de la Reina.

Casas solariegas y palacios

Nos dirigimos ahora hasta la Plaza España dando un paseo entre las callejuelas de Alcázar de San Juan, y encontramos a nuestro paso unas cuantas solariegas y palacios que nos llaman la atención.

Una de ellas es la Casa de la Gobernación. De la construcción original se conserva el patio rectangular interior y la zona de las caballerizas. También contemplarás en estas calles s lo que es hoy en día el Conservatorio de Música, que sirvió de hospital infantil en el siglo XVIII. Esta perteneció a la Casa Párraga y fue trasladada aquí y por lo cual lleva su nombre.

Museo Municipal de Alcázar de San Juan

Junto a las casas solariegas se encuentra el Museo Municipal, situado en dos edificios adyacentes: la casa de la familia Sanabria y la antigua ermita de Santo Domingo. Para entrar, se atraviesa una bonita puerta con un escudo nobiliario de la familia Sanabria y podemos ver el interior organizado en torno a un patio cuadrado de dos pisos. En el museo hay patrimonio arqueológico de la época prehistórica, la Edad de Bronce y la Edad del Hierro.

Estatua de Don Quijote y Sancho Panza

Estatúa de Don Quijote y Sancho Panza se ubica en la plaza de España, una de las esculturas más fotografiadas de la ciudad, subidos en sus respectivas monturas. Es una obra de bronce realizada en 1971 por Marino Amaya.

Museo del Hidalgo

De visita obligada es también el museo del Hidalgo para revivir como era la vida de los hidalgos. Estos personajes sirvieron de inspiración en muchas de las obras de Miguel de Cervantes. El museo se encuentra en una casa-palacio del siglo XVI, conocida como Casa del Rey, que guarda en sus dos plantas piezas originales de gran valor, cedidas por museos de España, y también audiovisuales y recursos interactivos para disfrutar de la visita.

Iglesia de San Francisco e Iglesia de Santa Quiteria

Otra de las iglesias que destaca en Alcázar de San Juan es la de Iglesia San Francisco, que fue parte de un antiguo convento franciscano muy importante en la ciudad en el siglo XVII, por ser la sede de la Universidad de Alcázar. Se construyo a principios del siglo XVI, por orden de Diego de Toledo, Prior de la Orden de San Juan y duque de Alba. Y en él se funda la Universidad de Alcázar con cátedras de Teología, Medicina, Filosofía, Historia sagrada, y más tarde Gramática y Artes. A mediados del siglo XIX se derribó el convento permaneciendo en pie sólo la Iglesia de San Francisco.

Por su parte, la Iglesia de Santa Quitería ubicada en la calle que comparte su nombre se comenzó a construir debido al crecimiento de la ciudad y la falta de espacio en la Iglesia de Santa María. El templo es de ladrillo y arenisca rojiza, como ya hemos visto en muchos otros edificios de la ciudad. La capilla con más valor es la de la Virgen del Rosario, en ella podemos ver un retablo en forma de trono recubierto con pan de oro.